Intervención antropológica en el Cementerio Parroquial de Penco


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Identificación número 27: la dama de los vestidos

El día de ayer nos reunimos con la familia Labbé en el Cementerio Parroquial de Penco. El día estaba especialmente agradable, con un tibio sol de otoño. La familia, específicamente don Oscar Labbé nos contactó hace un poco más de un mes solicitando información del proyecto, ya que su madre estaría dentro de la lista de desaparecidos. Se le tomaron sus datos y se realizó la búsqueda en la base de datos ANTEMORTEM. Posterior a confirmar la existencia de la señora María Lorenza Maurelia Mora, nos pusimos en contacto nuevamente con su hijo, don Oscar, para concertar una cita, que era uno de aquellos casos en que la primera y última entrevista se había dado el año 2010. Él nos puso en contacto con su hermana, sra. Cecilia, ya que ella reside en Penco, y sería más práctico el reunirnos. Desde el primer contacto con la familia, nos reunimos finalmente un par de semana después, a realizar un breve cotejo de información provista con anterioridad, revisando algunos casos seleccionados POSTMORTEM según la información recolectada el año 2010, sin embargo al comienzo de la entrevista se evidenció que los datos entregados el año 2010 no se condecían con lo relatado por la señora Cecilia, quien recordaba muy bien detalles de la vida y momentos próximos a la muerte de su madre, por lo que se tomó la decisión de realizar una nueva entrevista, utilizando la herramienta metodológica construida para recabar información ANTEMORTEM de la manera más detallada posible. Es importante mencionar que la sra. Cecilia trajo a la reunión fotografía de su madre, con el vestido que había sido inhumada, además de otras fotografías de ella en su vida cotidiana. Además la información se complementó con un certificado de defunción.

Tras una conversación amena recordando a la madre difunta, se realiza una pequeña pesquisa en la base de datos POSTMORTEM, considerando la información renovada entregada por la hija de la sra. María. Tras algunas posibilidades, sobre todo considerando que la sra. María habría sido enterrada con un vestido azul, se logró dar con el caso POSTMORTEM de una cuerpo que correspondía biológicamente con un sexo femenino, la edad y estatura descrita por el familiar. Además, y este punto fue crucial para su identificación, estaban asociados al cuerpo tres vestidos, los cuales dos de ellos coincidían con la descripción dada por la sra. Cecilia, además de irrefutablemente coincidir con las fotografías mostradas por la familiar.

Finalmente, y ante la emoción del momento, nos dirigimos a la capilla del cementerio para realizar un reconocimiento in situ de las vestimentas, además de las características dentales de la difunta, considerando sus particularidades relatadas por su hija. Finalmente acordamos en la identificación y en el protocolo que le sigue.

La entrega del cuerpo fue realizada el día de ayer en el Cementerio Parroquial de Penco. Se le recomendó a la familia aprovechar el momento para convocar a quienes estuvieran interesados, llegando al lugar la señora Cecilia, don Oscar, dos hermanos más y una nieta. El ritual consiste en conversar respecto al proyecto, sus percepciones del mismo, del tiempo transcurrido. Por ejemplo en este caso, la familia posterior a dar la entrevista ANTEMORTEM el año 2010, volvió a contactarse a través del administrador del cementerio para saber sobre el avance de las identificaciones, y entendieron que los cuerpos estarían depositados en una fosa común y que ya no había nada que hacer, siendo ese el motivo del por qué dejaron de participar en actividades organizadas por el equipo, tales como las reuniones semestrales, talleres, entre otras actividades.

Posterior a la conversación, la sra. Cecilia pone sobre el mesón improvisado de análisis del cuerpo, las fotografías de su madre, en donde en las tres fotografías aparece con cada uno de los vestidos con que fue inhumada. Acto siguiente se le informa a la familia que se mostrará la vestimenta, estando todos de acuerdo, se procede a la comparación de las prendas con las fotografías. La evidencia es innegable para todos y todas.

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Exposición de la vestimenta asociada. Fotografía Pedro Pinto

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Fotografías como evidencias. Fotografía Pedro Pinto

Finalmente, se hace el traspaso de los restos óseos y las vestimentas a la caja de reducción de color blanco y recubierta en el interior por una tela de raso, traída por la familia. En dicho traspaso se les va indicando de manera simple el rol de algunos huesos para posibilitar construir el perfil que permite encontrar la correspondencia entre el relato ANTEMORTEM entregado por la familia, y el análisis bioantropológico realizado en la materialidad del cuerpo de la difunta. Uno de los hijos saco un taladro eléctrico, y se dispuso a sellar el féretro de reducción en el cual estarán resguardados los restos de la señora María Maurelia. También llamó la atención el uso de dispositivos móviles para retratar el momento, además de compartir la experiencia con hermanos que no pudieron asistir por distancia y asuntos laborales.

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Hijo de la difunta sellando féretro de reducción. Fotografía Pedro Pinto

Se acompañó a la familia hasta el nicho provisorio provisto por la administración del cementerio y con ayuda de don Luis, trabajador del cementerio quien a pulso trasladó el féretro de reducción, finalmente se dieron palabras de despedida a la madre, con mucha emotividad, junto al agradecimiento al equipo.

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Don Luis depositando féretro en nicho provisorio. Fotografía Pedro Pinto

Este caso tiene varias lecturas, una de ellas es la importancia de haber construido bases de datos, tanto ANTEMORTEM como POSTMORTEM, considerando en ambas registros fotográficos, ya que permiten por una parte cotejar la información junto a las familias, ir verificando detalles y actualizando nuevas memorias respecto a características de los seres queridos fallecidos. También resalta la importancia de la entrevista, ya que una conversación guiada por el instrumento de recolección de datos ANTEMORTEM puede ser fructífera, pero también el enfoque antropológico aporta ya que permite explorar en el relato de manera sutil en posibles nichos de memoria, que van surgiendo en una charla fluida con quién está dispuesto a recordar.

Para terminar, la experiencia vivida ayer evidencia que si bien existen esfuerzos por parte del equipo por contar con la información científica y sistematizada de los restos óseos, además de los datos ANTEMORTEM proporcionados en las entrevistas, el aporte y disposición de la familia por recuperar a sus difuntos es clave para que un caso termine de manera positiva, ya que aunque éste término por diversos factores no sea la identificación, el diálogo y el trabajo en conjunto permiten validar mecanismos de reparación para las familias involucradas.

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Familia y antropóloga representante del equipo. Fotografía Pedro Pinto