Intervención antropológica en el Cementerio Parroquial de Penco

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Ha pasado tiempo de nuestra última actualización, pero el trabajo y los avances del proyecto de Identificación humana en el cementerio Parroquial de Penco continúan.
Durante el segundo semestre del año 2013 se realizó un convenio entre la I. Municipalidad de Penco y la Universidad de Concepción, bajo el apoyo de familiares afectados y el párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, responsables del cementerio Parroquial de Penco. De este convenio se derivó la instancia de realizar traslados periódicos de los cuerpos contenidos al interior de la capilla construida y en desuso al interior del cementerio, en donde hasta el momento se estaban realizando los análisis de las osamentas. El traslado permite llevar 10 sacos en una camioneta de la I. Municipalidad de Penco bajo un decreto de la Seremi de Salud, al laboratorio de osteología de la Carrera de Antropología en la UdeC. Luego del análisis de estos diez sacos, son devueltos al cementerio y se concreta un recambio de sacos en el laboratorio de osteología. En este laboratorio se cuentan con las condiciones para realizar el análisis osteológico de acuerdo a estándares científicos que nos permitirán al momento de realizar las identificaciones concluir con evidencias más certeras y acordes al proceso que se está realizando, información que anteriormente se había recabado pero de manera deficiente y/o incompleta.
Dentro de la información rescatada de las osamentas se detalla el estado de cada hueso en un inventario osteológico, realizado de manera específica a cada individuo bajo estudio. Se le determinan a los restos óseos un perfil biológico que consiste en determinar su sexo, estimar la edad, reconstruir su estatura y registrar el estado de sus piezas dentales, si es que las poseía. También se realiza un registro detallado de las características que podrían indicar alguna patología o lesión sufrida en vida, además de la posible sintomatología que podría haber repercutido en el individuo en su diario vivir. Se le realizan mediciones al cuerpo y se guardan los restos de manera ordenada y rotulada para mantener las mejores condiciones posibles del material óseo. Luego del registro de la osamenta, se realiza una detallada descripción de los objetos asociados al individuo y sus vestimentas. Todo acompañado de fotografías, tanto a los vestigios óseos como a las vestimentas y objetos que acompañaban al difunto, con la finalidad de ser utilizadas en el proceso de identificación y/o cuando se requiere información de un individuo en particular y al utilizar las fotografías evitamos su manipulación innecesaria.
Otro de los importantes compromisos que se adoptaron dentro del convenio fue realizar reuniones periódicas con los familiares, estas para informar y aclarar dudas de los procesos llevados a cabo en el trabajo de identificación de las osamentas. Hasta la fecha, hemos realizado tres reuniones posteriores a la firma del convenio, en las cuales la afluencia de familiares se ha mantenido viva, lo que nos confirma lo importante y valioso de nuestro trabajo y reafirma nuestro compromiso de seguir sorteando las posibilidades para su continuación.

Reunión diciembre 2013

 

 

 

 

 

Reunión diciembre 2013

Reunión julio 2014

 

 

 

 

 

Reunión julio 2014

Reunión enero 2015

 

 

 

 

 

Reunión enero 2015

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Presentación a la comunidad afectada de familias de Penco, académica y estudiantil de la Universidad de Concepción, sobre la intervención antropológica llevada a cabo en las dependencias del Cementerio Parroquial de Penco.

La intervención en el Cementerio Parroquial de Penco, con el objeto de difundir y conseguir apoyo para continuar en la labor de individualización e identificación de restos óseos que cayeron tras el pasado terremoto de sus nichos, recibió el impulso de alumnos de cuarto año mención física de la carrera de antropología de la Universidad de Concepción. Tras involucrarse en la intervención y sus aristas, y bajo la tutela del profesor Carlos Jácome (Aqueólogo, Doctor en antropología), durante el primer semestre del presente año, se llevo a cabo la recopilación de información respecto a las condiciones en las cuales se ha desarrollado la labor antropológica, tanto social como física, en conjunto con familiares y la administración de Cementerio, en cuanto a dar solución al problema de los difuntos no identificados, víctimas de un desastre de la naturaleza, en el cual hasta la fecha, aun se continua trabajando para mejorar los resultados, y por ende, dar respuesta satisfactoria a los familiares que continúan estando alerta sobre la situación de sus difuntos seres queridos.

(El audio no resulta de buena calidad, por lo que se recomienda escuchar con atención).

Conservación de osamentas, autocríticas de la Intervención.

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Conservación de las osamentas, autocríticas de la Intervención.

Desde el comienzo del trabajo en el Cementerio Parroquial de Penco en el año 2010 a la fecha, todo el proceso ha pasado por diferentes etapas, las que, a modo de resumen, partieron con el levantamiento realizado por los trabajadores del cementerio de los cuerpos que se encontraban en los nichos derrumbados tras el terremoto del pasado 27/F; aproximadamente una semana después se produjo la llegada de estudiantes de antropología de la UdeC para colaborar con la limpieza e identificación de los restos (etapa que se extendió hasta mediados del 2012) junto a las entrevistas a familiares; finalmente la etapa en que nos encontramos hoy en día es la de confrontar la información de las entrevista sociales y las fichas osteológicas, además de la estandarización de la información procedente de las osamentas. Actualmente hoy, además de 2 antropólogas voluntarias, se encuentran trabajando 5 estudiantes de Antropología de la Universidad de Concepción quienes están realizando su pre-práctica.

Debido al interés y necesidad de manejar las osamentas es que afloran nuestras inquietudes respecto a la forma en que estas se encuentran actualmente. Estamos conscientes del deterioro al que los restos se encuentran expuestos día a día, no sólo debido a su manipulación por parte nuestra, sino debido también a las condiciones en que se encuentran almacenados. Cabe destacar que los restos están salvaguardados en la denominada “capilla” del cementerio, una construcción que fue comenzada con esos fines pero que posteriormente fue utilizada como bodega por los trabajadores del cementerio y en la actualidad alberga los más de 300 individuos que intentan ser identificados. Además de la humedad propia del clima y del lugar, debido a que no posee ventanas, se suma el agujero que existe en el techo debido al desplazamiento de una de las planchas de pizarreño luego de los temporales del invierno 2012, lo que deja los sacos con los restos expuestos directamente al estado del tiempo reinante, es decir humedad y agua los días de lluvia, y calor y luz directa los días de sol.

Actualmente cada osamenta se encuentra almacenada individualmente en un saco y/o bolsa por individuo, dependiendo de la embergadura de los restos, y cada individuo además con su ropa si es que correspondiera. Además ciertos huesos pequeños o dientes en bolsas plásticas individuales. A pesar de esto hay otros que están depositados directamente, ropa y restos óseos, dentro de cada saco, sin separación o clasificación alguna, esto debido a los periodos de la intervención que ha sufrido etapas de bajo presupuesto y no contar con el material ideal en todos los casos para embalar las osamentas y sus objetos asociados de manera responsable con su conservación.
Los sacos se encuentran en su gran mayoría, dispuestos en el suelo de la capilla, y el resto en repisas de madera, por lo que la exposición a las condiciones climático-ambientales y de insectos y arácnidos es constante.

Debido a la cantidad de individuos que existen en nuestros registros, y al trabajo previo que se ha realizado en ellos (limpieza, clasificación, caracterización individual de cada esqueleto) es que el estudio de ellos significa una gran fuente de información para investigadores y estudiantes, por lo tanto el acceso y manipulación de ella, con el debido respeto y conforme al objetivo final de este trabajo que es la individualización e identificación positiva de los restos, puede generar muchas formas potenciales de investigación para la antropología en general y conocimiento osteológico de esta población en particular.

Sabemos que la autocrítica es necesaria en situaciones como esta, intentando evaluar qué se ha hecho mal y qué es lo que podemos mejorar, siendo en este último punto donde nos encontramos actualmente. Con el tiempo hemos podido constatar la importancia de esta colección, las posibilidades de estudio que ella representa, pero al mismo tiempo sabemos que si no existe una correcta conservación de estos restos, llámese contenedores individuales con materiales apropiados e indicados para su conservación, tampoco será posible un correcto estudio y hará aún más difícil una identificación positiva de restos para ser entregados a sus familias. Debido a la precariedad de las instalaciones es que el estudio y manipulación que se realiza a fin de obtener una identificación positiva es al mismo tiempo lo que está poniendo en jaque su integridad y conservación.